EL 8 DE DICIEMBRE DE
1980, EN LA CIUDAD DE NUEVA YORK se produjo un asesinato que sacudió a los
amantes de la música “rock”: Mark Chapman dio muerte a Jhon Lennon, uno de los
integrantes de las “Beatles”, agrupación que por algún tiempo había gozado de
inmensa popularidad, al punto de que algunos (¿intonsos?) los consideraban más
popular que Jesús de Nazareth. Según las investigaciones, Chapman se inició en
el uso de las drogas es la escuela secundaria. Le fascinaba la marihuana y el
LSD. Garry Limuti, uno de sus compañeros declaró en las indagaciones: “Mark se
mantenía todo el tiempo drogado... Sufría de ansiedad todo el tiempo y temía
que no fuera capaz de mantener su sanidad”.
Durante su juventud, Chapman “adoraba” a Lennon y siempre trataba de
imitarlo. Se peinaba como lo hacía su ídolo, usaba la misma clase de anteojos
que Lennon tenía y se casó con una muchacha japonesa, tal como lo había hecho
el hombre a quien tanto admiraba. Pero un día, presa de loco frenesí, lo asesinó.
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Según los allegados a Jhon Lennon, éste
tuvo una niñez saturada de tragedia. Sus padres se separaron cuando era apenas
un infante, y su madre, que lo cuidaba, murió violentamente cuando él entraba
en la adolescencia. Cuando joven, estuvo deambulando de un lugar para otro sin
propósitos ni ideales. Una antigua novia, Thelma Pickles manifestó a cierto
periodista que la entrevistaba: “Jhon era un vagabundo; siempre se mantenía
tomando prestadas cosas de sus amigos, incluyendo cigarrillos, comida y todo lo
que podía. Era muy cruel; a veces decía cosas que ofendía a los demás. Pero a
él no le importaba; aquellas cosas eran parte de su manera de vivir”. Lennon no
sólo alcanzó la popularidad en el campo de la música, sino que también llegó a
tener riquezas. Se calcula que al morir dejó unos 40 millones de dólares.
Sus amigos cercanos dicen que para
mantener su activísimo tren de vida recurría al alcohol y a las drogas. Él
mismo confesó que comenzó a usar pastillas a la edad de los 17 años de edad, es
decir, apenas entró a la carrera musical. Cuando los “Beatles” vivían en
Hamburgo, Alemania, recurrían a esas vías de escape, porque según ellos, “la
única manera de sobrevivir en ese lugar (tocando y cantando ocho horas de
noche) era por medio de las drogas”. En cierta ocasión declaró públicamente:
“Siempre he necesitado la droga para sobrevivir. Mis demás compañeros hacen lo
mismo, pero yo uso más drogas que ellos, tal vez porque soy un a poco más loco
que ellos”. Y refiriéndose al LSD confesó: “Con esta droga he realizado más de
mil “viajes”. A veces la usaba hasta en la comida, pero comencé a tener malos
“viajes” y por eso dejé de tomarla, recurriendo más bien al alcohol y a otras
píldoras menos severas”.
Pero, ¿por qué muchas gentes, infantes, adolescentes
y jóvenes se entregan a las drogas? Las investigaciones pertinentes dicen que
unos lo hacen para olvidarse de sus problemas, y otros para sentir emociones
extraordinarias. Mas la realidad de esta situación es que con las drogas
arruinan sus vidas y se entregan a la perdición. Con la marihuana, el LSD, el
alcohol, la cocaína y muchas otras más, los infantes, los adolescentes, jóvenes
y adultos están jugando a la “ruleta rusa”, con los riesgos de perder sus vidas
o quedar inútiles para siempre.
Norman Taylor relata en su obra titulada
“Drogas”, comenta un incidente que llama extraordinariamente la atención:
Ocurrió en una casa de apartamentos de lujo en la East Fifty-second Street, no
lejos del East River, en Nueva York, que tuvo un impacto sorprendente en la
sociedad. “Dos jóvenes homosexuales y acaudalados, se le inyectaron dosis
peligrosas de LSD. Comenzaron abusando
uno del otro, y luego se torturaron uno a otro al punto de convertirse
en maniacos desatados. Finalmente sus gritos hicieron acudir a la policía.
Antes de que pudieran entrar a la habitación, uno de los jóvenes saltó por la
ventana. El otro, en una camisa de fuerza fue llevado del apartamento al
Hospital Bellevue”. Luego Taylor dice:
“Por supuesto, es natural que el hombre trate de huir de las
dificultades y de evitarse cosas desagradables, y no es poco habitual que
busque refugio en alguna droga que lo ayude a olvidarse que es una criatura
limitada”... El Gnosticismo es definitivo y cierto que la fuente de la
tranquilidad se encuentra verdaderamente en nuestro interior y no en los
tranquilizantes ni en las drogas estimulantes.
¿Dónde está la
fuente de nuestra tranquilidad?
Si los jóvenes tuviesen una orientación
sexual correcta y concreta, podrían conducir sabiamente su vida.
Desdichadamente, por el demasiado libertinaje y la vida agitada y desordenada
comienza el adolescente a atrofiar su tercera capa testicular, o sea, la que
produce espermatozoides, mediante el gasto absurdo de su fuerza sexual,
extrayéndola de su cuerpo, produciéndole males. Tomemos el caso del varón: El
varón va llegando poco a poco a la madurez, su mentalidad no desarrolla ninguna
experiencia nueva de programas vitales, por el contrario, la vejez comienza a
marcar la Impotencia Sexual, ya su capa testicular Intermedia y la Exterior no
producen espermatozoides en abundancia, entonces la máquina orgánica llega a la
decrepitud. El desperdicio de la Energía Sexual que el hombre gasta en sus
placeres vanales del cuerpo es la causa causorum de las enfermedades, vejez
prematura, degeneración de sus valores humanos,
la pérdida de la memoria, decrepitud y muerte.
Por eso es que mientras el joven es
dinámico, abierto a lo nuevo, revolucionario, etcétera, el viejo es terco,
cerrado, con mente de piedra, no acepta lo nuevo, lo práctico; ésto se debe a
que sus glándulas sexuales ya no producen la cantidad de espermatozoides capaz
de despertar en él la inteligencia necesaria para analizar, discernir y más que
todo para transformar la substancia semínica en energía. Cuando el varón
conserva los espermatozoides y los absorbe dentro de su mismo cuerpo por
inducción eléctrica mediante la clave de la transmutación expuesta por el
Gnosticismo Universal, ese hombre jamás llegará a la decrepitud y su mente y
sus valores intelectuales y conscientivos, lo mismo que los propósitos místicos
y espirituales, siempre estarán latentes, abiertos a lo nuevo, dispuestos a la
investigación. Observando este asunto venimos a descubrir que esta gran
capacidad de acción en el joven, se debe a que sus capas testiculares están en
continua producción de nuevos y maduros espermatozoides, que al utilizarlos
mediante la clave de la Transmutación dada aquí en la Gnosis, los transforma
permanentemente en inteligencia, dinamismo, conciencia, etcétera.
Por ello el hombre que transforma su
energía sexual mediante la Transmutación es diferente en todos sus aspectos al hombre que pierde su
substancia semínica, porque la mejor fuente de renovación constante de valores
de conciencia e inclusive de valores vitales, es sin duda alguna la fuerza
sexual. Mientras que el que Transmuta sus energías sexuales conserva sus valores energéticos y
escala peldaños de sabiduría, el que pierde su substancia seminal retrocede en
la escala de la vida, porque su cuerpo se deteriora. Mientras que el que pierde
su substancia seminal pone su cuerpo al servicio de las pasiones bestiales,
pero quien la transmuta pone su cuerpo al servicio de su Divinidad Interior, al
servicio de la Gran Causa de ayudar a la humanidad; y logra bienestar integral:
social económico, político, familiar, religioso, espiritual, etcétera, como
fiel resultado de la conservación de su energía sexual.
Como quiera que la mayoría de los
adolescentes, de los jóvenes, no han tenido una orientación específica sexual,
entonces copulan sin haber concluido su desarrollo como germen que un día entró
en el claustro materno, despilfarran su capital hormonal, gastan su potencia
viril y al llegar a la edad de los 21 años,
descubren que se encuentran con una fuerza mental muy débil. Obviamente, tal
fuerza es irradiada por la glándula Pineal; pero cuando esa glándula ha sido
debilitada por el abuso sexual (las glándulas cerebrales y las glándulas
sexuales están íntimamente relacionadas), entonces el resultado es el que nos
encontramos en una posición desventajosa como para conquistar nuestro puesto en
la vida, y como secuencia o corolario, al no irradiar con potencia nuestras
ondas psíquicas debido a la debilidad de la Pineal, situada en la parte
superior del cerebro, sencillamente se nos vuelve dificultosa la lucha por el pan
de cada día, nuestros negocios se hacen casi imposibles, y aquellas personas con las cuales debemos
ponernos en contacto comercial, no sienten nuestros impulsos, y difícilmente
conseguimos dinero para vivir. Es obvio que si entramos en la lucha por la vida
con debilidad, si no poseemos las fuerzas psíquicas- mentales-eróticas potentes
como para abrirnos paso en la existencia, tendremos que sufrir de hambre y
miseria.
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