El objeto de que el drogadicto se Auto-observe, tal como lo enseña
la Psicología Gnóstica, es el de permitir que penetre en su psiquis (manera de
pensar y sentir) un Rayo de Luz. Ese Rayo de Luz u Observación de sí, pondrá al
descubierto su vida entera, ya que le permitirá auto-conocerse (aunque imagina
conocerse, y lo peor, eso que imagina conocer de sí mismo es completamente
equivocado).
El estado de ignorancia de sí, es su oscuridad interior, dentro de
la cual debe penetrar ese Rayo de Luz. ¿Qué es ese Rayo de Luz? Es la
Conciencia o Inteligencia. Todo drogadicto que anhele cambiar, el primer paso
que debe dar es el de ser más consciente de sí mismo, ya que al no ser
consciente de las causas de su drogadicción permanece en la oscuridad y no ve
la gravedad de su estado. El drogadicto, si anhela salir de la cloaca en que se
encuentra metido, necesita luchar por ser más consciente, y comienza siendo más
consciente de sí mismo dejando penetrar el Rayo de Luz en sus tinieblas
interiores mediante el método de una Observación de sí, lo que permite que sea
graduatívamente objetivo para consigo mismo. Esto hace que cambie el falso
sentimiento que tiene de sí.
Cuanto más se Auto-observe el drogadicto, conocerá más sobre su
desgracia, entonces más fuerte se tornará su anhelo de cambiar. Si
comprendiéramos verdaderamente lo que los Evangelios nos dicen, veríamos que es
exactamente lo que el Gnosticismo nos enseña Daremos un ejemplo relativo acerca
de la Observación de sí y de la necesidad que tiene el drogadicto de ser más
consciente, citando la parábola que dice que "el ojo es la lámpara del
cuerpo". Cristo dice:
"La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno,
también todo cuerpo está lleno de Luz; pero cuando tu ojo es maligno, también
tu cuerpo está en tinieblas. Mira pues, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no
teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso como cuando una lámpara
te alumbra con su resplandor" (Lucas 11: 34-36).
Aquí Cristo se refiere claramente a la importancia de "no
tener parte alguna en tinieblas" en uno mismo; siendo empleado aquí el
término "cuerpo" por el "cuerpo psicológico", o psiquis,
que es nuestra manera de pensar y sentir. Por eso el Gnosticismo enseña dejar
entrar ese Rayo de Luz en nuestras tinieblas por medio de la Observación de Sí,
que es "la lámpara del cuerpo".
Es imposible cambiar a un
drogadicto por compulsión. Cualquier regla exterior, regulación, ley, etc., no
es capaz de cambiar a un drogadicto. Si se puede, debido al temor, presionarlo
a obedecer algunas normas, por ejemplo; pero ésto no lo cambia
psicológicamente. Para lograr el cambio de sí, el drogadicto debe empezar a
Auto-observarse. La compulsión nunca lo logrará.
El drogadicto debe ver por sí
mismo la verdad de su estado interior psicológico, para que esa verdad pueda
modificarlo o transformarlo; por algo se nos ha dicho "La verdad os hará
libres". Si el drogadicto pudiera ser modificado en sí mismo por la
aplicación de una compulsión exterior hace mucho no existirían drogadictos. Su
transformación sólo puede lograrse en su libertad de sí mismo. Todo hombre está
en libertad en lo que respecta a su Transformación Intima.
Sólo le toca querer
transformarse a él mismo. Si lo comprende, cambiará en la libertad de su
comprensión, porque su comprensión le es propia y ninguno puede quitársela, ni
tampoco forzarla. Si desde su comprensión quiere un drogadicto transformarse a
sí mismo, sólo entonces le es posible la transformación. Pero primero debe
comprender.
Observación del "Yo" psicológico de la drogadicción.
Para llegar a conocerse, el drogadicto debe Observarse a sí mismo.
Sin la Observación de sí no puede haber conocimiento de sí.
Los drogadictos,
claro está, imaginan conocerse a sí mismos y viven en esta ilusión. Es
precisamente esa ilusión lo que les impide entender que no conocen la causa de
su tragedia y en lugar del conocimiento de sí tienen retratos fantásticos de
ellos mismos sin parecido alguno a lo que son realmente y que sólo les complica
la vida con simulaciones que los llevan a ciento y una direcciones falsas.
Mimando esas imágenes de sí mismos, por decirlo así, como preciosos juguetes,
rara vez tienen la vislumbre de sí y, si lo tienen, abrazan más estrechamente
sus “juguetes”.
El drogadicto, y esa es su terrible tragedia, vive con las ideas
más ridículas sobre su persona, y de resulta de ello es incapaz de cambiar, y
así nada nuevo puede entender. Pero al empezar a observarse a sí mismo,
comenzará a indagar el origen de su problema, por ejemplo, ¿de qué parte de su
psicología particular proviene su drogadicción? Y así logrará ver que la
drogadicción no es una cosa accidental o circunstancial, como hasta el momento
lo ha podido suponer.
Antes de Observarse a sí mismo, de pronto se miraba como una
persona noble, pero ahora observándose descubre que esa persona noble, sólo era
uno de sus miles de retratos; o como una persona de "perfecta honradez y
virtudes", mas mira que ese es otro retrato, y así sucesivamente, casi sin
término, o sea, que él, anímicamente, no es una Unidad Psicológica, sino que en
realidad, son muchísimas las imágenes que se ha forjado de sí mismo, y que no
le permiten ver en sí, la causa real de su situación lamentable en que se
encuentra.
Ahora bien, todos esos retratos que cualquier persona se forja de
sí, son tan peligrosos, que son los que originan que una persona tenga contacto
con las drogas. Cuando un retrato de estos ha sido herido por una impresión
proveniente del mundo exterior entonces sentimos que nos quitan la base sobre
la cual descansamos psicológicamente y corremos a buscar refugio en cualquier
tipo de drogas (cocaína, bazucó, marihuana, alcohol, y otras más sutiles como
las ideologías religiosas o materialistas, y todo tipo de diversión más o menos
"sanas").
Por ello es recomendable Observar en uno mismo lo que nos
hace susceptibles para evitamos cualquier salida en falso.
Todo lo dicho nos demuestra la importancia que tiene la
Observación de sí, para evitar que un fragmento psicológico malvado como la
drogadicción, nos arrastre a una trágica existencia; por eso es recomendable
vigilarnos y observarnos continuamente.
Los drogadictos, lo son porque nunca
observaron la debilidad de su psiquis, debido a sus retratos, a estados íntimos
psíquicos equivocados, etc.
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