domingo, 8 de abril de 2012

PARA VIVIR SIN DROGAS

Una gran cantidad de medicamentos y drogas que son consideradas como útiles en el tratamiento médico normal, como las que se administran para aliviar el dolor después de una operación quirúrgica, o los sedantes que se administran a los pacientes en una mínima dosis y por un corto período de tiempo, son considerados bajo estas circunstancias como legales y que ofrecen un gran beneficio a la humanidad, pero cuando éstas mismas drogas caen en manos inescrupulosas y no son usadas con propósitos medicinales, sino para procurar el placer o excitación, entonces surgen problemas, y como resultado, el adolescente suele caer fácilmente en la adicción.
Mas hay que comprender que no todas las drogas tienen usos medicinales, de hecho, hay algunas que está prohibido usarlas en cualquier forma. El uso, o siquiera la posesión, de alguna de ellas puede ser causa de graves sanciones. La heroína, la 
morfina, la cocaína, por ejemplo, se consideran drogas "fuertes". A las anfetaminas se le considera droga "suave". Cualquier persona que use, manufacture, venda o posea alguna de estas drogas, es culpada de violar las leyes. Y si esa persona tiene en su poder drogas que están prohibidas, en cierta cantidad, puede ser considerada como traficante. Y éste es un delito muy grave, penado con encarcelamiento.
Es un hecho conocido que en ciertos países del mundo hay cada día más adolescentes que usan drogas; las investigaciones en este caso indican que "una tercera parte de las escuelas de los países consumidores como los Estados Unidos, España, afrontan un serio problema de drogas". Estas drogas las consiguen los estudiantes adolescentes de manera sencilla: Alguien se le acerca, probablemente un compañero de clases, y le dice: "¿Quieres saber algo interesante? He conseguido unas pastillas maravillosas. (En este momento le enseña con mucha satisfacción unas cápsulas de colores o pastillas) ¿Qué te parece si te tomas una? Yo ya las he tomado y te puedo asegurar que lo que uno siente es extraordinario. Estoy seguro que a ti también te va a encantar”. El muchacho titubea. “No te va hacer daño. Fíjate, a mí no me ha hecho ninguno. Me siento perfectamente bien. Tú me conoces. Yo soy tu amigo. Anda, tómala. Pruébala. Yo puedo conseguirme más. No hay problema de ninguna clase. Te lo aseguro". 


Tal es el procedimiento que generalmente se sigue. En otras ocasiones alguien se 
le acerca a un adolescente en una fiesta, en la calle, en la playa, en la piscina de natación, en un colectivo, en un paseo o en un evento deportivo. La conversación siempre es la misma: Cápsulas, pastillas o tal vez inyecciones. Las razones que se dan son siempre las siguientes: “Vas a sentir algo especial. Podrás estudiar mejor porque tu mente estará más clara. Sentirás una sensación maravillosa en todo el cuerpo”. 

Siempre se presenta algo en apariencia positiva, para que sirva de gancho que induzca a usar la droga. 
En estos casos el adolescente debe de inmediato ponerse en guardia, porque el uso 
de drogas es algo muy arriesgado. Tan pronto como se da el primer paso, es inevitable que se empiece a descender hacia el abismo. Los que han sido testigos de cómo las drogas destruyen el cuerpo y la mente, aconsejan a los adolescentes tener mucho cuidado. Los adolescentes deben rechazar a estos "amigos" que vienen a ofrecerles drogas.

La mente de los adolescentes debe liberarse de toda clase de drogas. Una mente 
llena de miedos y de apetencias, una mente esclava de ansias de acumulación, de apegos, de egoísmos, de violencias, etcétera, es una mente que tiene la posibilidad de buscar refugio en las drogas.

El miedo ejerce sobre la mente el deseo de seguridad, el deseo de seguridad esclaviza a la voluntad, convirtiéndola en una prisionera de auto-barreras defensivas, dentro de las cuales se esconden todas las miserias humanas. Una mente así es “pasto” para las drogas.

El miedo trae toda clase de complejos de inferioridad. El miedo a la vida, el miedo al hambre, el miedo a la miseria, el miedo a la desnudez, engendra toda clase de 
complejos de inferioridad, y estos complejos conducen a una gran parte de personas a la drogadicción. La mente humana vive de cárcel en cárcel, y cada cárcel es un concepto errado, un prejuicio, un deseo, una opinión, etcétera, y las drogas se consideran una salida.

Los Padres de familia y los Educadores deben enseñarles objetivamente a los 
niños, adolescentes y jóvenes, que la mente humana debe fluir serenamente en forma 
íntegra, sin el proceso doloroso 

de caer en el miedo y las apetencias. 

EL SER HUMANO TIENE DERECHO A VIVIR DIFERENTEMENTE, CON DIGNIDAD Y BELLEZA, PORQUE NO ES UN CERDO...

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